Qué está pasando con Cósimo

Hola a todos. Algunos de ustedes me han preguntado por qué no les está llegando este newsletter con la frecuencia que tenía. La culpa no es del buzón de spam ni de Substack. La razón es que he roto la frecuencia, y mando este corto mensaje para explicar por qué.

Como algunos saben, estoy trabajando en una novela que ha absorbido mi programa de lecturas, las películas que veo, la música que escucho. Es una novela que ocurre en el siglo XIX entre Estados Unidos, Venezuela y algunos países más, y que ha requerido muchos meses de investigación y otros más de escritura y reescritura, como debe ser. Todo esto altera el menú diverso y abundante de consumo cultural que alimenta Cósimo: estoy tragando información y arte dentro de parámetros restringidos, ceñidos a los intereses de este proyecto, que no reflejan la amplitud necesaria para ver muchas cosas y escoger de ahí sólo lo mejor para recomendar en Cósimo. Además, está el trabajo como editor, periodista y traductor que debo hacer todos los días en Caracas Chronicles y para mis clientes. 

Aprecio muchísimo, de verdad, el interés por Cósimo, pero no lo quiero hacer mal. Sus lectores sólo merecen mi máximo esfuerzo con él. Cósimo volverá a su programación regular cuando yo vuelva de la sabana con mi novela lista.

Mil gracias, mil perdones, y nos vemos pronto.